Querida amiga,
Te escribo desde la línea de meta de la cursa de Sants ❤️❤️ La hemos acabado en 1:03 ❤️❤️❤️❤️
(bonus foto de cuando ha aparecido mi amiga Alexandra haciendo el rey león con su chihuahua en el km 6)
10 cosas a parte de este hito histórico en mi vida
1- Weird Nonfiction. Clayton Purdom parte de la obsesión loca con Sans Soleil de Chris Marker (la misma que tengo yo desde hace diez años) para ponerle una categorización a un estilo de contenido audiovisual que me fascina (como The Rehearsal o F for Fake). Son obras que, sin ser obras experimentales incomprensibles para el gran público, desdibujan esta frontera entre lo real y lo irreal y que realmente te hacen preguntarte sobre el sentido de esa frontera cuando hablamos de obras.
2- La Tori Spelling Saga. En estas últimas tres semanas ha sido imposible intentar entablar una conversación conmigo y que esta no derivara a hablar sobre Tori Spelling. ¿Que por qué estoy obsesionada con una actriz / reality TV star venida a menos y que si tuvo algo que decir fue en los 90? Classic: porque mi amiga Marta me dijo que necesitaba escuchar los cuatro capítulos que Celebrity Memoir Book Club le han dedicado a lo largo de los años (énfasis en 2024 porque este verano han grabado dos) a las cuatro autobiografías de Tori Spelling. Mi amiga Marta me conoce. Mi amiga Marta sabe mis puntos débiles y sabe que ir descubriendo minuto a minuto que una señora desquiciada y egomaníaca ha escrito cuatro veces sobre su vida (los últimos libros solo comprenden como dos años de vida, no hay absolutamente nada que contar y sin embargo son los mejores) es mi jam. En el podcast lo describen así: “todos tenemos amigos que ves una vez cada medio año, y hacéis un catch up, y es como que después de tanto tiempo os dais cuenta que tampoco hay tanto que contar? Y luego tienes otro tipo de amigos que los ves todos los días y te cuenta que si el café de ayer le salió un poco amargo, que fue a comprar comida pero el super ya estaba cerrado, y podéis hablar durante horas. Tori Spelling es de las segundas. Cuantas menos cosas han pasado más tiene que contar.”. Hay daddy issues sin examinar, hay muchos chamanes, y hay muchísima muchísima caca, que nadie entiende por qué hay tanta caca en estos libros. 100% recomendable.
3- El nuevo término que la generación tiktok ha popularizado las últimas semanas me encanta en concepto, lo odio en la práctica: el winter arc. Aún sigo maravillandome por la capacidad de los chavales de narrativizar su vida a toda costa - el término vendría a ser, conceptualmente, “el arco narrativo en tu historia personal en el que dedicarte a keep it low y dedicar a poner tu vida en orden y mejorar”. Podría haber sido una cosa preciosa, la idea de bajar el ritmo tras el brat summer extendida video tras video. Lo que ha acabado siendo sin embargo es otro trend más de self improvement, el gemelo tardío del 75 hard para que chavalas de instituto puedan obsesionarse aún más con su aspecto físico.
4- Instagram ha subido el número de fotos que puedes poner en un solo post a 20. Las primeras reacciones que vi al tema fueron analizándolo como una vuelta del indie sleaze y los álbumes de fotos que se hacían en Facebook por cualquier razón (ej. album de una fiesta a la que fuiste en 2011), pero no lo compro por completo. Lo que es bastante chulo sobre cómo las posibilidades del formato afectan al contenido es más visibible en algunos creadores de contenido como Nippashichan, que aprovecha la nueva configuración para explorar nuevas posibilidades de contar historias en 20 fotos y videos muy cortitos.
5- Ya hace un tiempo que Brian Feldman, uno de mis comentaristas culturales favoritos, dejó el formato newsletter para condensar su contenido en fanzines que manda de forma digital a los seguidores. Normalmente cada fanzine tiene varios temas que explora de maneras diferentes (siempre con un tono un poco sardónico), y la semana pasada mandó una edición especial por una razón muy especial: pasando el rato en Nueva York había conocido la existencia de un “laberinto” temático de Halloween de Jimmy Fallon y se había metido a probarlo: Jimmy Fallon’s Tonightmares.
6- The Disciples. Resulta que ir disfrazada de tu artista favorita a su concierto no es algo que Taylor Swift haya inventado y que en 2005 Jame Mollison empezó a fotografiar a fans fuera de estadios que emulaban el estilo de los cantantes que iban a ver. Pensamientos sobre found families y el sentimiento de comunidad a través de la música, muy chulo.
7- Mi link favorito de la semana, escondido entre estos diez, es esta página/artículo que han hecho en Rest of World llamado Digital Divinity: en ella se explora la deriva digital de la espiritualidad y la religión adaptándose a un mundo moderno.
8- Mi amiga Alexandra es mi linea directa con todo lo que tengo que saber sobre las tendencias coreanas y japonesas. Hace un par de años se enganchó a los kdramas y poco después se echó novio coreano (no desmiente que haya una correlación entre las dos cosas), y ahora ya me mantiene a la última sobre cual es el moñeco feo que se pondrá de moda en los próximos meses en España (llego a saber la inversión que podía haber hecho cuando me ofreció Sonny Angels hace 6 meses y ahora estaría forrada) (ahora ya me la tomo en serio cuando me habla de los Labubu, the next big thing). Su última cosa en Barcelona ha sido un espacio donde puedes hacerte una carcasa de movil customizada, súper Gen Z, super kwave inspired.
9- El longread perfecto: un texto de Diego Freire sobre diseño de videojuegos y el capitalismo.
10- No sé por dónde empezar a hablar de la Splenda salad de Nicholas Sparks. Como todas las cosas importantes me enteré de su existencia gracias a Who Weekly y la historia va un poco así resumida: el New York Times le hace un profile a Nicholas Sparks (el escritor de El cuaderno de Noah llevado al cine como El diario de Noah) y se descubre, cuando revela la receta de su ensalada de pollo, que le echa 16 paquetes de Splenda (edulcorante tipo Stevia). Y el mundo (yo incluída): lo pierde.
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Siempre buenísimas tus recomendaciones, me llamó mucho la atención la del digital divinity porque soy tarotista y siempre estoy buscando una forma de vincular la digitalidad (porque también hago diseño web) con esa labor. ¡Voy corriendo a leer eso!