“Yo soy inmenso y contengo multitudes” dijo Walt Withman y pienso en ello cuando hablo de Joaquin con alguien que no lo conoce, siempre resumiéndolo como “mi amigo el cantante de ópera”. Por estadística, una no suele tener muchos amigos que canten ópera, y es perfecto para recurrir al recuerdo fácil aunque borre muchos Joaquines a favor de una narrativa única. Porque Joaquin es tenor lírico-ligero (whatever that means), pero también es comunicador en una consultora tecnológica, concejal de un pueblo del Baix Llobregat, estudiante de filosofía, divulgador cultural, activista digital.
Me hace gracia cuando le digo a alguien que quiero invitarle a esta newsletter y me dice que no sabe si estará a la altura (hint: siempre lo están, todos). Joaquin tuvo the audacity de decirme esto en la misma tarde que me enseñába cómo tiene el ChatGPT 4 atado a una base de datos gubernamental, construyendo una especie de asesor preciso que le ayuda a gestionar papeleos de autónomo con hacienda. Es uno de los creadores de ciberpoder.net, una página de noticias tecnológicas en catalán desde un punto de vista crítico, y la persona detrás (y delante de las cámaras) de Ping Pang Pong Ópera, un canal de divulgación “operística” (cuya sección de comentarios es uno de los good places que quedan en Internet).
Cómo no quererlo? Joaquín está en Twitter, Instagram y TikTok (y Ciberpoder, que es un must, también en Twitter e Instagram).
Le dije que tenía libertad total para escribir esta sección, y me vino con esto:
“El día que conocí a Sergi, Ainhoa no estaba presente, pero su esencia impregnaba cada rincón del pequeño restaurante en Sants donde nos citamos. Con una copa de vino a medio beber y el corazón latiendo a mil por hora, me preguntaba: «¿Cómo narices he llegado hasta aquí?». Pero para entenderlo, debemos retroceder un poco en el tiempo.
Veréis, en mi vida hay un antes y un después de Ainhoa. Ainhoa es… bueno, ¿cómo explicarlo? ¿Imagináis a esa amiga que siempre sabe qué series ver, qué libros leer y que, además, te lo cuenta con ese genuino entusiasmo que te dan ganas de salir corriendo a experimentarlo todo? Pues multiplicadlo por mil. Eso es Ainhoa.
Hay quien la llama «prescriptora». Yo añadiría «del elixir de la sabiduría moderna». O lo cambiaría por «encantadora de feeds aburridos». El caso es que tiene un don para descubrir pepitas de oro en el lodazal de las redes sociales; para revelarte cosas que no sabías que necesitabas. Y no solo eso, sino que las comparte en esta newsletter en la que nos abre su corazón. Entre líneas cuela ese ingenio que acogemos con cariño y que, no solo nos entretiene, sino que nos enriquece, haciéndonos, si no mejores personas, al menos más interesantes y curiosas.
Pero volvamos a mí (porque hoy esto va de mí, aunque no lo parezca). Yo soy ese tipo que mira la escena cultural desde la barrera, como quien observa una obra de arte contemporáneo: sin entender un carajo pero asintiendo para no quedar mal. Vamos, que me siento tan fuera de lugar en estos círculos, cual piso de alquiler barato en Sant Gervasi —a estas alturas funcionaría si mencionase cualquier otro barrio de la ciudad.
Un día, paseando por el Passeig Marítim con el novio de Ainhoa, me suelta como quien no quiere la cosa: «Te tenemos que presentar a Sergi». Y yo, en mi cabeza: «Genial, otra persona con una vida tan interesante que hasta sus plantas de interior tienen su propio pódcast». Pero el tío insiste: «Tenéis mucho en común. Os caeríais bien».
Ainhoa y su novio conocían a Sergi porque se movían, más o menos, en la misma escena.
Aquí es donde empieza el efecto dominó. Imaginad una hilera de fichas de dominó. La primera, pequeñita y con un marco de ranitas y sapitos (muy Ainhoa), y la última, grande y torpe (muy yo). Entre medias, un montón de fichas de todos los tamaños. Esa primera ficha cae y…
¡PUM! Una semana después, estoy en ese restaurante de Sants, mirando a Sergi y pensando que el novio de Ainhoa es un maldito vidente. Porque no solo nos caímos bien, sino que acabé tan enamorado que estuve varias semanas embobado y abstraído del trabajo y de mis responsabilidades.
Ahora, mientras escribo esto en mi despacho en Sants, en el piso que cohabito con Sergi, la foto enmarcada sobre el escritorio me devuelve el recuerdo de los cuatro en la gran clariana de Glòries, sonriendo como si nos hubiera tocado la lotería de la amistad.
¿Sabéis que es lo más loco de todo esto? Que Ainhoa probablemente no tiene ni idea de cómo sus decisiones han acabado afectando a mi vida.
Quizás sea exagerado decir que Ainhoa me ha transformado por completo, pero ¿sabéis qué? En medio de este lío de coincidencias y decisiones que os he contado, los hilos de nuestras historias se han entrelazado, creando un patrón especial: digno de custodiar.
Ya sea esta historia real o una especie de cuento, me hace pensar en lo poderoso que nos hacen esas amistades que se obran con continuos gestos de amor. Cómo una palabra amable o una invitación inesperada pueden provocar cambios que ni en nuestros sueños más locos hubiéramos imaginado.
Por eso mismo hoy os invito a visitar estas…”
10 cosas que, inadvertidamente y a la larga, pueden transformar tu vida
1- Nothing matters so be kind. Mooby Balmes se ha convertido en mi multicine favorito desde que cerró Yelmo Icària. Hace un año vi allí Everything, Everywhere, All at Once (Ainhoa la había visto en Taiwán antes de su estreno en Europa. ¡Gracias por recomendármela!). A mitad de la película, Dan Kwan y Daniel Scheinert, ya me habían ganado; no a mi acompañante. Cuando aparecieron los falsos créditos finales, hizo el ademán de irse, confundido por el giro meta-cinematográfico y decepcionado por la ficción y el humor absurdo. Andrei Atanasov escribió un ensayo genial sobre la película en su newsletter Practice Space, capturando como nadie el subtexto filosófico de la cinta: en un universo sin significado intrínseco, la bondad y el cuidado mutuo emergen como los únicos faros de sentido. Nuestras acciones pueden parecer insignificantes y la vida, absurda por su falta de sentido, pero en la amabilidad y el amor encontramos el propósito que buscamos.
2- Subway takes. ¿Quieres oír las opiniones más locas de la gente? El mes pasado estuve de vacaciones en Nueva York y, por supuesto, mi algoritmo de Instagram se dio cuenta enseguida. En Reels me salió este chico diciendo que el gobierno debería pagar a todos los padres sesiones de terapia. ¿Qué? Enseguida me enganché a @subwaytakes en Instagram, gestionada por el periodista Kareem Rahma, que pregunta a gente random en el metro de NYC su opinión más polémica en lo que dura un viaje. Incluso ha habido algún que otro cameo top, como el de Olivia Wilde, diciendo que los buenos cantantes no deberían cantar en karaokes, o Troye Sivan, diciendo que los varones deberían afeitarse el escroto. Hace unos días, en esta entrevista de embedded a Kareem Rahma, el periodista anunciaba el lanzamiento de su canal de YouTube en el que hará entrevistas más largas.
3- Sergi y yo hemos descubierto nuestro nuevo rincón favorito: la cafetería de la Llibreria Finestres —aunque cada vez es más difícil encontrar sitio entre tanto turista y expat. Leer con una copa de vino y unos quesos se ha convertido en un pequeño ritual. (Ojo, que ir tan a menudo a una librería puede ser peligroso para el bolsillo si eres un caprichoso de los libros como yo). Entre las novedades, me llamó la atención la portada multicolor del nuevo libro de Jenny Odell, ¡Reconquista tu tiempo! Pensaba que sería similar a How to Do Nothing, pero me llevé una sorpresa. Odell, con un toque existencialista, reflexiona sobre el tiempo y la ansiedad climática. No da soluciones, pero te hace pensar, y mucho. Lo que me pareció fascinante es cómo Odell conecta temas aparentemente dispares. Por ejemplo, cuenta cómo Mao Zedong unificó los cinco husos horarios de China al de Pekín, convirtiendo el tiempo en un asunto político. Desde ahí, salta al ciberactivismo y la censura online en China, mencionando el ingenioso símbolo del «Caballo de Barro y Hierba», que usan los internautas chinos para evadir la censura. Si os interesa el tema, hay un artículo genial de UC Berkeley que profundiza en cómo estos actos creativos desafían la censura y forjan una identidad nacional resiliente. Es impresionante ver cómo, bajo la vigilancia constante del gobierno chino, estos pequeños gestos se convierten en poderosos actos de desafío y solidaridad.
El Caballo de Hierba y Barro representado por una alpaca. El caballo de hierba y barro en chino ("草泥马", cǎonímǎ) es un juego de palabras que suena similar a «f*llate a tu madre», utilizado como símbolo de resistencia contra la censura en internet.
4- Ahora que estamos obsesionados con hacer más pasos que los demás para ganar en el Strompers, paso muchos mediodías, después de comer, yéndome a leer a parques, cementerios, hoteles, cafeterías y bibliotecas. De hecho, ya lo hacía antes de la fiebre competitiva del paseo. Aquí os dejo este mapa con mis lugares favoritos: la Biblioteca de Lletres de la UB, Norai Raval (el café del Museu Marítim), el cementiri de Sant Martí o de Montjuïc, el bar del Hotel Sofía (PHILOSOFIA), la Biblioteca de Sant Pau - Santa Creu, el bar del Hotel H10 de Plaça Catalunya y el AC de Sants Estació (con sofás cómodos y sin necesidad de consumir, porque casi nunca hay camarero).
5- ¿Sois de los que subrayan y anotan en los libros? Yo sí, pero pasar todo a limpio después... uf, qué pereza. Por eso empecé a usar Highlighted App (solo iOS, lo siento). Haces una foto a tus subrayados y la app los guarda, clasifica y exporta. Genial, ¿verdad? Y ya que hablamos de productividad, os comparto un truco que descubrí en X: para esas ideas repentinas que no quieres escribir en el móvil, graba una nota de voz en tu chat de WhatsApp, pásala por Aiko para transcribirla y luego por ChatGPT para ordenarla. ¡Ideas estructuradas en un pispás!
6- Derroteros Podcast. Mi compañero ideal para paseos literarios. Es un pódcast de filosofía de Carne Cruda en el que participan intermitentemente el filósofo Santiago Alba Rico y el dúo de Punzadas Sonoras, compuesto por las filósofas Inés García y Paula Ducay. Las pensadoras charlan con Javier Gallego sobre temas profundos, pero de forma amena. Lo mejor es escucharlo mientras caminas; es como si pasearas con ellos. Os animo probar a combinar un paseo con este pódcast. Es una experiencia genial para estimular cuerpo y mente a la vez.
7- Ten Ten App y Capuccino. ¿Os acordáis de los walkie-talkies? De chiquito me encantaban. Pues Ten Ten es como tener uno en tu móvil. Esta app francesa recién llegada a España te permite añadir hasta diez amigos para hablar al instante. Sí, hay quien alerta sobre posibles riesgos, pero yo le veo un montón de usos divertidos. Y si buscáis algo para mantener el contacto con amigos lejanos, probad Capuccino. Es como hacer mini pódcast sobre temas que eliges tú o la app. Grabas un episodio corto y tus amigos lo escuchan cuando quieran y lo pueden responder. ¿No os parece una forma original de manteneros conectados?
8- Cuentos. Esta charla que dio el escritor argentino Hernán Casciari me hizo llorar varias veces. Cuenta las historias de su vida con una naturalidad y oralidad deliciosas. Quizás me emocionó especialmente porque me identifiqué con su condición de inmigrante en tierra lejana, pero dadle una oportunidad. Ya veréis cómo os emociona también. A lo mejor, si seguís su ejemplo, os convertís en yappers profesionales para escalar en vuestras empresas.
9- Maria by Callas. Hasta noviembre de este año está disponible en la plataforma de RTVE el documental Maria by Callas de Tom Volf. Si no lo hicieron ya, les recomiendo ver este autorretrato que se hace la diva a sí misma (el documental está elaborado a partir de cartas, entrevistas y anotaciones biográficas en los diarios personales de Callas) para conocer una vida de éxito, engaños y emoción. Y si os pica el gusanillo de la ópera (momento autobombo), ¡deberíais seguir el canal de Ping Pang Pong Ópera en YouTube, Instagram y TikTok!
10- En Nueva York conseguí entradas baratas para cinco musicales gracias a las loterías de Broadway Direct y TodayTix. ¡Una pasada! Me quedé con ganas de ver el musical Company de Sondheim, que explora las relaciones de pareja de una forma muy interesante. No os podéis perder esta interpretación de «Ladies Who Lunch» por Patti LuPone —sale hasta un joven Neil Patrick Harris en escena. La emoción y técnica con la que canta esta pieza, en la que se critica el estilo de vida superficial y vacío de la alta sociedad neoyorquina (muy bien representado también por la serie Feud de Ryan Murphy, que nos merendamos con Sergi en un par de semanas), son dignas de admirar y disfrutar. ¡Piel de gallina!