Mi dreamteam de guests en esta newsletter no es un perfil sino un mix perfecto: están mis amigos cercanos que tienen un uso del internet totalmente diferente al mío, están los amigos que sé que son stalkers silenciosos y sé que secretamente pasan millones de horas en la red sin postear nada y me muero por ver lo que hay en sus pestañas, y están los que llamo amigos por haber compartido tanto tiempo este ciberespacio que ya no me queda otra que llamarles amigos pero en realidad mi relación con ellos es como de admiración por lo que está en su mente y por cómo lo proyectan hacia el mundo. Carlos Herrero encaja de lleno en esta última categoría.
Imagino que Carlos y yo nos seguiríamos hace 2-3 años, en la época en la que él estaba de lleno con sus Premios del Mes. Básicamente, al final de cada mes, Carlos (también conocido por su increíble handle de IG chenoaoficial) recopilaba los acontecimientos más importantes y rocambolescos con una serie de galardones nombrados por él mismo:
Carlos había conseguido que sus stories, un medio que es inviralizable de por sí (a menos que sean como reivincdicaciones que la gente sienta la necesidad de sacar captura y compartir) trascendieran hasta el punto en el que cada final de mes había gente tuiteando sobre que no les quedaba dinero en el banco pero que por lo menos tocaban los premios pronto.
En plan… voy a hacer esta intro que sea todo Premios del Mes? Efectivamente.
Hasta que el límite de Substack me permita.
Normalmente le pido a la gente una pequeña bio para poner un par de pinceladas al introducirlos pero en este caso considero importante dejarlo tal cual: “Nací en Madrid en 1996. Mis padres me apuntaron de pequeño a clases de clarinete lo que forjó mi papel de siempre tener algo que decir sobre cualquier cosa. Estudié psicología, pero cuando terminé decidí que era demasiado joven para ayudar a alguien con un divorcio, así que le hago terapia a las empresas de la gente, porque el dinero es más fácil que el desamor. Además, escribí un libro que se llama Aristóteles (Ed. Blackie Books) con el que algunas personas se han reído y menos mal, porque si no vaya palo. En 2015 me cambié el nombre de Instagram y desde entonces vivo sin identidad, en aguas internacionales de la individualidad. En todos estos años me han intentado secuestrar dos veces, que no son muchas, pero sí bastantes.”
A día de hoy Carlos es una de las principales personas/cuentas de instagram que no me hacen arrepentirme de haber dejado twitter, por lo que también considero realmente importante seguir a Carlos ahí por tu propio bien, para seguir de cerca la siguiente idea que tenga, el siguiente story, o el siguiente post (incluso fuera del lol escribe unos textos que son gozosísimos).
Carlos dice:
“Por lo general, y voy a usar estas líneas para presentarme y abrirme en canal delante de todos vosotros, siempre he sido una persona súper poco detallista en el terreno del obsequio físico, se me da de culo. No sale de mí, por ejemplo, comprar un imán para celebrar una mudanza o
indicar que me he acordado de alguien en mis vacaciones, porque es mentira, no me he acordado de ti ni del poder simbólico y ritual del souvenir y no lo siento.
En cambio, sí que siento que está en mis acciones programadas por defecto, es más, que es incluso mi deber, poner un plato caliente de temas de conversación, datos y curiosidades sobre la mesa. Soy un rehén del small talk e Internet siempre me ha servido para entrenar y nutrir mis aptitudes, aunque desde el Ice Bucket Challenge y la involución mental que supone la cultura del zasca se haya convertido en un lugar inhabitable para cualquiera a la que la palabra viral haga que le dé un parraque.
Total, como creo que estamos en un momento despertar de salir a la calle y disfrutar de chupar una farola, he elegido diez de mis temas favoritos, con sus fuentes referenciadas en internet para que las citéis en el mundo de los vivos. Clásicos atemporales, el COS de acaparar la conversación. Al lío.”
(mis agradecimientos a Carlos por haberme pasado estas capturas que ya están perdidas en la maquinaria del tiempo, estrellas fugaces digitales ahora forever atrapadas en este post)
10 temas favoritos que soltar en tu siguiente conversación
1. El órgano de Furbies. Look Mum No Computer pertenece a ese estamento social que hacía brillar los ojitos de los periodistas de Vice, un colgado que, entre otras cosas, hace instrumentos imposibles, como un órgano lanzallamas que, aunque por sorprendente que parezca, no es el instrumento que me incumbe aquí. Tres palabras: órgano de Furbies. Magnético, hipnotizante, mágico. Furbies desafinados que gruñen o gimen (no sé muy bien cómo catalogar su onomatopeya) a cada tecla y mueven esos ojos enormes que te miran y te quieren poseer. Toda mi vida he soñado con que los furbies existieran de verdad, en la naturaleza. Me fascina que hablen y expresen sus necesidades, los veo un juguete muy completo y me entristece que no haya nada en el reino animal que lo equipare (quizá los loros, pero son menos suaves).
“I mean I think i'm doing the Furbies a favor” Look Mum No Computer
2. Charity Shop Sue. Pelucas, negocios decadentes de ciudades pequeñas y ambiciosos planes de decoración interior, algunas de las cosas que más me gustan. Tramas sencillas sin trasfondo, por el mero placer del entretenimiento para un encefalograma plano. Fue una de las series que veíamos a la hora de la comida en la oficina - tampoco durante muchas comidas porque tiene como quince (creo) episodios -, pero fue un antes y un después y derivó en que durante un tiempo nos refiriéramos a un tipo muy concreto de mujeres como Susana la de la Tienda de Caridad.
3. La joya de la corona de mi pequeña colección de wikipedias. Como a cualquier hijo de vecino, me divierte mucho la wikipedia, no es nada rompedor. Soy de la opinión de que el saber no ocupa lugar, así que cuantas más páginas de wikipedia uno se haya leído, mucho mejor. En mi tesauro querido las hay de eventos, personajes de relevancia histórica mínima o de fauna y flora, como el caballo Potoooooooo (¿cómo le pusieron así? qué divertido :)), pero ninguna tan guay como la de la Epidemia de baile / Coreomanía. Una página perfecta a la que podemos recurrir bien como metáfora (X fue como la epidemia del baile; parece que X está en la epidemia del baile) o bien como elemento conversacional en sí mismo (X se ha ido a la epidemia de baile).
4. La web de los días internacionales. No sé cuál es el organismo encargado de la selección y posterior inclusión de los días internacionales en el calendario, porque me parece de lo más sectario y arbitrario, pero, however, eso no evita que sienta fascinación por una web completa y única en la que uno puede tirarse horas descubriendo y aprendiendo de días tan interesantes como el Día de la Crema Batida o Nata Montada (el 5 de enero), el Día del Internacional del Hombre del Tiempo (ahora mismo, mientras escribo estas líneas, felicidades Mario Picazo) o el Día Mundial de los Delfines en Cautiverio y el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos (4 y 25 de julio respectivamente).
5. Las fotos de la fiesta de Gadafi. Política y belleza siempre han formado un binomio único, y Gadafi, un animal de la diplomacia que hizo una propuesta, a suggestion, para dividir Suiza entre Francia, Italia y Alemania a causa de unas rencillas (el mapa es visualmente placentero y tiene bastante sentido), contrató en 2009 durante una visita a Roma a 500 modelos italianas que, pensando que iban a cobrar 50 euros por asistir a una fiesta, acabaron recibiendo una lección de moral y nacionalismo libio con smokey eye.
6. Esta disertación cronológica sobre Lena Dunham y sus mascotas
Como no podía ser de otra forma, a Lena Dunham no se le dan bien las mascotas. En este artículo de lectura obligatoria hacen un repaso cronológico de todo ser viviente que ha pasado por sus manos destructivas. Para mí Lena Dunham es un poco cuando Homer Simpson se come a Tenacitas mientras le llora, esa vibe. La separación en secciones y preguntas para cada uno de los animales lo hace muy ameno y ordenado, me apetecía mencionarlo.
‘One swears, one laughs and before you know it, it’s like an old working men’s club scenario where they are all just swearing and laughing’
Este subtitular increíble. Que mi comparación con los furbies no se malinterprete, los loros siempre van a tener un lugar reservado en mi corazón y esta narrativa confirma el porqué. La noticia, aún dejando varias incógnitas (¿dónde aprendieron a insultar?, ¿el que se ríe sabe de qué se ríe?) decide apostar por ese giro de guión en el cierre, podríamos decir hasta moral, mencionando que not all parrots, también los hay que pueden cantar Beyoncé.
8. El perro conflictuado. The Bad Thing es un cómic de Maisie Cowell que explora los conflictos a los que se pueden enfrentar nuestros amigos peludos, en este caso, su existencialismo antropomórfico. Si no lo habéis deducido ya: sí, me gustan los animales que hacen cosas de personas, se sientan como personas, miran de reojo, suspiran… todo.
9. Harry Brant
Desde Karolyn Basset hasta Stella Tennant, los guapos, ricos y desgraciados, la infelicidad burguesa y el allure auto destructivo serenavanderwoodseniano me han atrapado. Quizá peque de romantizar según qué estilos de vida, pero como dijo este alcalde hablando de la concentración anual de pitufos: we must not stop living. El obituario de Vanity Fair France de Harry Brant, heredero errático, es un ejercicio de frivolidad fascinante. Listar los amigos de la madre y sus pequeños encontronazos con la ley, puro Upper East Side. Recomiendo acompañar la lectura con este otro artículo de ese fascinante año que fue el 2012.
10. El twitter de las focas. Para terminar y tener un momento introspectivo, cuando la batería social ya no da más de sí yo suelo recurrir a las cuentas de twitter de zoos japoneses (y algunos de sus equivalentes en Instagram). Las hay especializadas en castores(muy buenas), en capibaras, tapires… pero acabo volviendo a la que más en paz me deja para aterrizar en el mundo de los sueños: @aguhiyori, dedicada en exclusiva a la foca común. No sé cuál es la filosofía de estos centros, así que no me voy a embarrar con discursos de cautiverios a favor en contra, yo me quedo con la parte lúdica y cuqui: las fotos y los vídeos de focas haciendo, una vez más, actividades, ¿cómo pueden ser así? Me las como con patatas.