Andrea Gumes y yo nos conocimos como lo hacen dos personas súper normales en el ecosistema cultural de Barcelona: por Twitter. En 2019, me escribió “vamos a hacer un programa que se llama Tardeo y te quiero para una sección sobre algo, me puedes pasar una propuesta”. Súper original de mi, elegí ESTRENOS. Estaba tan nerviosa que antes de grabar cada programa me iba a un bar al lado del Abaixadors 10 y me bebía dos cervezas trago a trago para no atragantarme con mi propia saliva en medio del directo. Sorprendentemente Andrea me seguía escribiendo y durante los años posteriores, mientras el programa y las secciones evolucionaban, me iba siempre encontrando un huequito, saltando de tema en tema. Con el tiempo y la seguridad que te da ello fue confeccionando su propio rooster de girls gays and theys que cuatro años atrás no te habrías imaginado posible en un programa de primera línea de radio digital.
Una aprende cosas de su conductora de referencia en los 4 años que grabamos cosas: 1) la loquísima libertad que nos daba a la gente en la que confiaba para hablar de lo que nos diese la gana (algo que siempre he querido imitar en todos los proyectos colaborativos que he hecho con gente), 2) la integridad periodística que tiene, haciendo que todo programa cultural tenga siempre un corte social y político y aprovechando cada plataforma que tiene para amplificar el mensaje, 3) la never stop never stopping curiosidad que al final te lleva a poder sacar un programa diario durante los años que duró Tardeo (cada vez que ibamos al programa y recomendabamos cosas, pelis, loquesea, Andrea lo apuntaba todo y a las semanas al volver te hacía el follow up de lo que había visto, de lo que le había gustado y de lo que no).
Sacar adelante un programa diario no puede ser tarea relajada ni fácil y al final Tardeo tuvo que acabar, pero Andrea sigue con Ciberlocutorio, junto a (también amiga) Anna Pacheco, y el podcast la Cullerada de Time Out, junto a Andreu Juanola. También seguro que la habéis visto (o la veréis) en programas de tele si sintonizáis vuestra antena desde algún punto de Cataluña. Y si le queréis seguir la pista desde más cerca, aquí su instagram, aquí su twitter, y aquí su pinterest.
Andrea dice:
“De mi obsesión con Ainhoa Marzol creo que ya he hablado muchísimo. Empieza a ser un poco incómodo, sobre todo para ella, entenderé que haya una orden de alejamiento en cualquier momento. Pero era una de mis personas favoritas de twitter. DEP. No te lo perdonaré jamás Elon Musk.
Y sí, estoy muy nerviosa por este encargo, porque sucedió después de lo que yo llamo la magia de Internet. Os la cuento. Perdón porque me enrollo mucho (ya sabéis cómo funciona esto, podéis saltar a las partes más interesantes). Cuando me llega una newsletter que me interesa la meto dentro de una carpeta en el mail llamada “Newsletter <3<3<3” (me di cuenta que a pesar de estar suscrita a personas que me interesan muchísimo, era tal el número de mails que me entraban, que por aturdimiento acababa sin leer ninguno, así que para solucionarlo decidí aplicar este segundo filtro, y así solo tengo como pendientes por leer las que están en esta carpeta).
Ahí dentro estaba el “prólogo de lo que vendrá en 2024” de Ainhoa sin abrir, vi el tuit de Lucia que me lo recordó, fui a mi carpeta “Newsletter <3<3<3” y leí el mail, releí la parte de ‘cómo posteamos’ donde Ainhoa sentencia que hay que dejar de performar, fui a mi feed de IG y pasé vergüenza, volví a leerme esa parte, intenté memorizarla, volví a mi IG e hice un post. En mi cabeza repiqueteaba la frase de Ainhoa: “Todo el posteo tiene que (minimo!!) parecer que está dirigido a tus 100 amigos más cercanos”. Pasó un minuto y Ainhoa me reenvió ese mismo post con un “tu querrías guestear gargola digital?”. Besé la pantalla. Viva Internet.
Aquí van mis 10 recomendaciones. Siento que estoy recomendando la sopa de ajo de Internet, y que el gargolista de verdad necesita otro tipo de deep-web-de-la-cultura-digital, pero es que soy muy básica en mis dominios del internet. Pido perdón por adelantado. Ahora mismo soy esa cuenta de twitter con el tick azul recomendando la Sociedad de la Nieve cinco semanas después del estreno. Cine en mayúsculas. No te pierdas esta destreza del audiovisual patrio. Espero que me perdonéis.”
10 cosas en mis 800 pestañas abiertas
1 - Dejadme que empiece recomendando un tipo de actitud en Internet: ser preguntona. Creía que gracias a Internet pasábamos todos a ser diestros, que nos podíamos apañar mínimamente con el diseño, búsqueda y programación digital. Resulta que no. Y lo he comprobado porque mis amigas más inteligentes, pero inteligentes de cerebro enorme, resulta que luego tienen problemas para imprimir. Eso hace que a veces me haya podido sentir un personaje de Halt and Catch Fire, concretamente ella, y me gusta esta sensación, pero dejadme que os diga el truco: existe una web online para todo lo que quieres hacer. Solo tienes que preguntárselo a Google. Si me apuras, pregúntaselo a Tiktok. (Cuando digo preguntar, quiero decir poner las palabras en forma de pregunta en el buscador, esto va dirigido solamente a mis amigas de cerebro grande, por si me leen). Desea lo que quieras, hay una web gratuita que te ayudará: quitar el fondo de una foto en un periquete, falsear un chat de whatsapp, replicar un título estilo WordArt, dividir un pdf, añadir música a un vídeo, descargar un vídeo de instagram. Pregunta, pregunta, pregunta.
2- Soy milenial por si había alguna duda. Y por ello no puedo dejar de preguntar ¿por qué os habéis ido de Pinterest? No os vayáis, volved. ¿Dónde apuntáis las ideas de los nuevos pendientes que queréis haceros? ¿cómo intentáis no ir siempre vestidas con tejanos? ¿tenéis una libreta para la casa de vuestros sueños? ¿de dónde sacáis vuestros peinados?
3- Sigo con cosas arcaicas de Internet. Déjadme. Ya sé que me estoy haciendo mayor. Con la de horas que yo me había pasado en vimeo y ahora resulta que todo sucede en Youtube. Me da igual, sé que los estetas no vamos a ganar esta batalla. Pero vimeo vale la pena por esto (la única persona que creería a pies juntillas en temas de cine). Y por los megustas que algún día dejó ahí Artnau. Si os dedicáis a hacer vídeos, a realizar, a la publicidad, o simplemente os gustan las cosas bonitas, pues es un maravilloso jardín donde descansar. Y él uno de los mejores curators que tenemos.
4- Cuando me pongo nerviosa en mi piso enano porque siempre lo veo sucio, pienso en otras casas. Como la de la diseñadora Maryam Nassirzadeh (¿todo ese blanco como se limpia?)
5- No sé cocinar pero sí me gusta mucho comer. Pero me gusta muchísimo más contemplar comida. Antes podía pasarme horas y horas en el buscador de Instagram, cuando todavía existía la pestaña ‘comida’. Ahora he tenido que buscarme mis propios proveedores. Sí, ya sé que está a punto de quemarse esta tendencia de unir moda y comida, y hacer montañas de colores con tubérculos y estatuas de mantequilla, pero qué quieres que te diga, me sigue flipando. Laila Cooks (es mi crush definitivo de internet, nada malo te pasará, yo estaré cuidándote desde lejos, vuela alto Laila), estas dos muchachas que parecen de revista, ¿qué es este pastel?, no me cansaré nunca de las nubes de mantequilla de este señor (culpable también de que esté mirando vuelos para ir a Copenhague), ¿y esta tontería de untar las cosas en el plato como si limpiaras el cuchillo? estoy totalmente dentro, quién no quiere unos panes con lazos, o una galleta-escultura, y ¿estos bebés-tortilla?. Vale, ya paro.
6- Estoy usando una app que supuestamente crea un sonido - según el estado anímico en el que estés - para que te duela menos la regla. No me preguntéis si funciona. Yo qué sé. Lo siguiente es arrancarme los ovarios a mordiscos.
7- Después de todo este despliegue de poca originalidad, voy a mi halo de frescura y bondad en Internet. Hablo de Gala. En mi cabeza lo de las amigas de Internet, y sentirlas cercanas, y que haga chochocientos años que la sigo, y saberlo todo de ella, es como muy normal. Entiendo que explicado en voz alta es como para que alguien coja el teléfono ahora mismo y me denuncie por acoso (de nuevo). Gecesiete siempre ha sido buena en esto de contar cosas por aquí. Pero creo que ahora mismo está en su peak. Y yo lo estoy disfrutando de lo lindo. No entiendo absolutamente nada de esta etapa de comer miel a todas horas, hacerse platos rarísimos de gajos de mandarina, chocolate, coco y más miel, tomar el sol en shorts un 3 de enero en medio de un parque de Madrid (¿pero qué tipos de parques tenéis ahí?), para luego merendarse un trozo de solomillo, mientras nos cuenta cómo se hace pastillas de colágeno y cómo se cuida el pelo. Me gusta la gente que coge un carril de la autopista en Internet y no lo suelta. La veo contenta y contemplarlo desde la distancia me pone contenta a mi.
Mientras el resto hacemos fotos a platos de comida con flash, libros tirados en la cama y photodumps cada día menos originales, a mi que ella vaya a la suya, me da un poco de esperanza.
8- Mi amiga Alba es de las personas más divertidas sin quererlo, que conozco. No nos vemos tanto como nos gustaría, pero la quiero, y es la persona que más acertadamente me recomienda cosas. Y eso es un don. Primero fue Middlesex, luego el Silo. Y el otro día, después de entregarme un tupper de sopa lemongrass (¿en qué momento las amigas dejamos de agasajarnos con tuppers?) (le pedí la receta, nunca la haré porque no entiendo ni los ingredientes, pero si lo intentáis tened esto cuenta: hay que infusionar el lemongrass porque se ve que solo lo venden seco) me dijo: tengo una nueva serie para ti, hay un montón de crímenes y un detective, todo pasa en Oxford, se llama Endeavour, todo muy Harry Potter, te encantará. Y se quedó tan ancha. Llego a casa, veo que son 9 temporadas, y le escribo: tú estás loca.
Bueno, pues no creo que me volváis a ver el pelo hasta que termine con este primo segundo de Eddie Redmayne que se cree Sherlock Holmes.
9- Tema ropa, moda, trapitos, o como queráis llamarlo. Ahora mismo todas mis capturas se las llevan: esto, esto y esto.
10- ¿Puedo hacer un out como en tus pronósticos del 2024, Ainhoa? Bueno, lo voy a hacer igual: dejemos de compararnos. Hablo también por mi. Sí al admirar y criticar con mesura. No a compararse, porque nunca usaremos el mismo parámetro. Empecemos a ser un poco felices por nuestra cuenta.
Gracias por el espacio querida Ainhoa, ¿que ha ocupado esto? ¿20,000 caracteres? Perdón por tremenda chapa.
Me está encantando la nueva era de Gecesiete también, el otro día me vi comprando polen. Chulisima invitada!!
Loquisima con la app de los sonidos, la voy a probar ya. Y me apunto Endeavour aunque también me asusta que sean tantas temporadas jajajaja