triste de avisarte de que ya es septiembre
pero ea nueva temporada, nuevos guests, nuevos posts, nuevos dilemas
Querida amiga,
¿Cómo lo hacemos para que la existencia de esta carta no sea la cosa más deprimente del mundo? Vuelve Gárgola Digital S04, vuelve septiembre, se acabó el verano. Vuelve la agenda cultural, vuelve el FOMO, el cringe, el JOMO (en ese orden).
Te escribo así:
Con tan solo haberte leído un par de cartas mías ya sabrás que soy la persona menos brat que existe, y que de demure también me falta un buen trozo. El leitmotif de este verano no era para mi. Mi current vibe es Rosamund Pike en Gone Girl, sola en un hotel de la parte no-pija-ni-excesivamente-turística de la Costa Brava en horas bajas, tomándo un mojito mientras escribo esto en una hamaca que he conseguido gracias a un estratagema bien construido. Frenando los pensamientos intrusivos de ir al super, comprarme una caja de tinte y empezar una nueva vida lejos de todo lo que conozco. Lástima que mi novio me trate mucho mejor que Ben Affleck para que me salga a cuenta nada de eso.
Mañana vuelvo al trabajo y otro año más cargué el verano de propósitos inalcanzables: obviamente no he leído todos los libros que me había propuesto leer, ni he visto todas las pelis, ni he escrito a toda la gente que quería escribir. Lo que más me entristece es que tampoco he encontrado un plan mental que haga que el resto del año quede ordenado, relajado, manteniendo a la ansiedad alejada. Llego a cada verano esperando una revelación divina, que en 3 semanas de silencio conmigo misma algo haga clic para que el resto de la existencia sea llevable. No ha pasado y ahora estoy aterrada por el nuevo “comienzo de curso”- más que pereza por volver a la rutina es terror porque siento que la ansiedad y la falta de tiempo para hacer todo lo que quiero hacer están a la vuelta de la esquina.
Tampoco quiero ponerme super doomer: no me ha llegado La Gran Revelación (házmelo saber si a ti sí), pero sí que hay patrones que noto que han mejorado mi salud mental: los largos paseos, pequeños retiros mentales diarios. Foco, descanso, foco. Aún no tengo el secreto pero creo que estoy un verano más cerca de descubrirlo.
10 cosas con las que me he obsesionado en la orilla del sistema capitalista
1- Who? Weekly. Creo que es la primera vez que recomiendo una cosa dos veces, pero como han pasado dos años y mi obsesión con el podcast de Bobby y Lindsay ha sido renovada con las largas caminatas que he dado gracias al stompers, me lo voy a permitir. Who? Weekly es un podcast en el que hablan de los “Who”s, famosos de segunda que no son “Them”s y que si le dices su nombre a alguien que no está 24/7 leyendo TMZ o viendo algun tipo de Housewives, te responderá con un “who?”. Es divertido porque al contrario que los thems, que escapan de los paparazzi, la atención les viene dada de manera divina, los whos están constantemente intentando conseguir el spotlight de las maneras más ridículas. En la era de las redes sociales los whos son los únicos famosos que me interesan. En plan, tienen una sección semanal dedicada a Rita Ora, y otra sección llamada Beckham Watch en el que hablan cada vez que Brooklyn Beckham encuentra una nueva emprendeduría en la que gastar el dinero de sus padres. Es fantástico y Bobby y Lindsey son graciosísimos, mis nuevos mejores amigos. Puedo pasarme horas y horas y horas escuchándolos hablar sobre gente que me suena vagamente, mi manera perfecta de estar conectada con el mundo (gracias a ellos puedo mantener conversaciones como persona que lo sabe TODO).
2- Escapada de la ciudad, mi lectura favorita del verano ha sido Un año en Sand County, de Aldo Leopold. Sabía de antes que era un poco un Walden para alternativos, y como persona que no puede leer Walden después del desmenuce que le hicieron en Celebrity Book Club y en Dickinson, me enfrentaba a él con miedo de que el cinismo de ciudad se apoderase de mi al leer movidas naturalistas. Igual fue el momento o igual fue lo bien que Aldo Leopold escribe sobre lo que conoce -pájaros y árboles- pero su narración de lo que es pasar doce meses en el área rural de Wisconsin en los años 40 era algo que llenaba el vacío que hay en mi después de tanto tiempo acallando la voz de “es hora de tocar hierba” en mi cabeza. Leopold es el padre de la rama filosófica de la “land ethic”, en el que se pide que la ética incluya a los animales, árboles y la tierra, tratándolas como compañeras en el planeta y no como recursos vistos en perspectiva económica. Mis pasajes favoritos, más que cuando se pone ético y político (que han pasado 70 años desde su publicación y dudo que el estado del conservacionismo sea igual ahora que entonces), es cuando traza un vínculo casi espiritual con la naturaleza desde visiones mundanas - como esta que narra sobre ver un grupo de grullas cruzando por costumbre lo que hace miles de años fue un pantano, llevando un trozo de historia pegado en su ser.
3- Esta página ha hecho una televisión con videos de youtube - cada canal tiene una temática con una lista de reproducción de youtube, y tú como espectador puedes cambiar de canal pero no de programa. Parece un engañabobos pero me ha invadido una nostalgia terrible. La forma en la que te enfrentas a videos en formato canal de televisión es absolutamente diferente a cómo te enfrentas a ellos cuando las opciones son infinitas. Puedes sentir tu capacidad de atención expandiéndose.
4- El modern medieval. Nada más apropiado para hablar en gárgola (medieval icon por excelencia) digital que este artículo de Elizabeth Goodspeed sobre estética medieval con una reinterpretación moderna. Parece nocilla con chorizo, pero las posibilidades son mucho más grandes de lo que te esperarías y se siente fresco y me encanta.
5- I love Dick (la serie). Mi amigo Marce (que también se ha leído el libro) me la recomendó hace unos meses, a causa de una conversación que tuvimos sobre que la obsesión que puedes tener con alguien es mucho más sobre ti y sobre tu narrativa personal que sobre la persona con la que estás obsesionada. La serie, basada en el libro, tiene como protagonista a Chris Kraus (interpretada por la mejor Kathryn Hahn), que al acompañar a su marido a una residencia artística, desarrolla una obsesión por Dick, el señor artista que lleva la residencia (Kevin Bacon) y empieza a escribirle una serie de cartas sobre todo lo que le provoca. Es unhinged AF, divertidísima e inteligente. Y por si dudas si leerte el libro antes, yo me fio de Marce que me dijo que como el libro es de los 90 y en la serie la han adaptado bastante como una cosa actual, me viese directamente la serie. Que está muy bien. (en Prime)
6- El anuario de portadas de The Onion. La revista satírica The Onion está viviendo una remodelación. Jeff Lawson y Ben Collins (reportero del NBC que siempre ha cubierto temas de Elon Musk dándole mucha caña, incluso cuando no era tan persona non-grata como ahora) se montaron una empresa con nombre de evil corp, Global Tetrahedron, y compraron la web para revivirla un poco. Hace poco se anunció que volvería a su versión impresa después de más de 10 años siendo solo online (ojalá la enviaran a España), y vi que recientemente habían creado una página con titulares ficticios del siglo XX entero. Es una maravilla.
7- Es interesante cómo la discusión sobre el mood general con las elecciones estadounidenses ha ido evolucionando estos pasados meses (tras el anuncio de Kamala Harris como nominada a la presidencia y más tras el anuncio de la nominación de Tim Walz a la vicepresidencia) hacia un resurgir del optimismo del 2008 - antes de la bajona moral que fue la victoria de Donald Trump en 2016. Ryan de Garbage Day describió la campaña digital de los demócratas estos últimos meses perfecto: “President Joe Biden abruptly dropped out, there wasn’t a clear sense of what Harris should be doing online, and her team had a bunch of millennials on staff who had spent the last decade cosplaying the 2008 Obama campaign and were finally let off the leash”. Dentro del discurso sobre el regreso del Obamacore, este artículo de Vulture que resume la era en 100 iconos culturales es una maquina del tiempo millennial.
8- Realmente me he emocionado leyendo este artículo sobre las páginas de agradecimientos en las tesis doctorales: The unexpected poetry of PhD acknowledgements. Las partes en las que uno se puede poner creativo en una tesis son muy limitadas, y siempre son mis favoritas. Recuerdo con cariño como al hacer mi TFM sobre maneras en las que estudios de cine extranjeros pueden entrar en el mercado chino empecé cada capítulo con una frase de una peli china diferente (desde pelis de Jia Zhangke a Bi Gan), y pedí a mi amiga Laura, que ahora le hace diseños a la propia Aitana, que me ayudará con una portada (aún me entra la risa floja al ver que le mandé esta horriblidad de portada para que le diese una vuelta (lo siento hay una razón por la que no me dedico al diseño y es esta) y a los 20 minutos me mandó esta perfección).
9- El Anapana. Momento para mis barceloneses, pero llevo unos meses yendo continuadamente a esta cafetería de especialidad en Les Corts que llevan Jin Xin y su madre Xiao Hong. Estoy enamorada del recinto (una especie de bar clásico reconvertido en cafetería moderna pero sin cambios substanciales en su estructura), de los snacks que tienen (basados en cosas que puedes encontrar en un mercado mañanero en el norte de China), del café (sin palabras), y de ellas (el otro día llegue y Xiao Hong me llamó por mi nombre chino). Abrieron hace pocos meses y les deseo muchos años de buena suerte.
10 - Una de las narrativas sobre la evolución del humor en el punto de internet en el que nos encontramos, ahora, post-demure, es que los memes han pasado de ser algo punchy a una marca de perteneciencia a cierto colectivo que se rige por las mismas palabras secretas. El brat summer no tiene mucha más gracia que sentirte parte de algo, de un grupo de gente que sabe qué es Brat y que entiende el mood general del que habla. Y… psé… no sé si mi hastío con este tipo de cosas venía de antes, o si se ha acentuado este verano, pero echo de menos un meme tonto que evolucione en un segundo plano, imposible de plasmar en TikTok de forma directa, que evolucione del chiste que en un principio representaba y se convierta en mil otras cosas diferentes.
Este hueco, este verano, ha sido cubierto por el meme de “Un círculo? En la fábrica de triángulos?”. No tiene más explicación que el hecho de que me parece legitimamente gracioso, y que a la gente le ha dado por modificarlo. (original y ejemplos abajo)
❤️❤️❤️❤️
Habiendo recibido hoy el email de aviso para las fechas para pagar mi ultima matricula de doctorado, me ha hecho saltar la lagrima leer los agradecimientos. Y me ha hecho caer en que no tengo nada pensado aún.